17 May Así invertirán las marcas en eventos de música en directo en 2018
Kier Wiater Carnihan, coautor del ebook ‘Unlocking the Sync’ publicado por MusicTank observa las últimas tendencias entorno a las acciones de marca en eventos con música en vivo.
(Traducción del artículo original de IQ Magazine. Foto: @GlastoFest Twitter)
El pasado octubre, Richard Branson anunció que el V Festival dejaría de ser patrocinado por la marca que daba nombre al festival. Al ser Virgin Media una de las empresas líder en activaciones musicales, ¿significa el fin de esta colaboración después de 22 años que las marcas ya no están interesadas en patrocinios de música en vivo?
De hecho, este no fue un caso aislado. El festival patrocinado por Tennents, T in the Park ha anunciado que después de 23 años seguidos este verano no se celebrará. Contrariamente, la asistencia a eventos de música en vivo en Inglaterra no deja de crecer y numerosos estudios muestran que la audiencia de los festivales se siente positivamente hacia aquellas marcas que apoyan la música, y no es ninguna sorpresa afirmar que las marcas invierten cada vez más en patrocinar giras, salas de conciertos y festivales.
Básicamente, a pesar de que encabezar un festival como principal marca inversora sea sinónimo de buena imagen, el enfoque no es tan preciso como parece. Como el director del Bluefest en Ottawa explicó a Eventbrite, las marcas están buscando identificar audiencias específicas en los festivales, prefiriendo hacer activaciones alrededor de artistas en concreto más que en eventos en su totalidad.
Hay empresas que ya empiezan a marcar la diferencia, como State Farms quien proveyó de kits de supervivencia a los festivaleros más despistados en Bonnaroo, o Hunter quien repartió sus míticas botas en el festival Glastonbury (una tendencia que se ha acentuado después de la publicación del último Nielsen 360 report).
“Las marcas no están gastando menos – están gastando mejor”
Los avances tecnológicos también están abriendo nuevas puertas, desde el live-stream de eventos como Boiler Room hasta actuaciones que aparecen exclusivamente en apps (como hizo Toyota el año pasado en Lollapalooza).
¿Qué le queda por lo tanto a los festivales, por no mencionar las (cada vez más perjudicadas) salas de conciertos pequeñas y medianas?
Finalmente, lo mismo que a aquellos artistas que licencian su música para un anuncio: el dinero. No solamente mediante inyecciones de capital que pueden atraer actuaciones de artistas más grandes, si no que hay una sala de conciertos que ya ha sido salvada de ser cerrada por un marca, como ha hecho Converse con el 100 Club. Lo más destacable de este acuerdo es que Converse no ha tratado de plasmar su logotipo en cada rincón del espacio, si no que la mera salvación de la sala les ha proporcionado toda la buena prensa que necesitaban.
Como el dueño de la sala Jeff Horton remarcó: “Ellos (Converse) no están interesados en ser propietarios […] El hecho de que el club se mantendrá independiente es lo que les atrae tanto.”
Cuando se trata de llegar a los millennials, las marcas cada vez más prefieren sacrificar visibilidad por autenticidad. Mientras que las marcas aparezcan cada vez menos en los carteles de los festivales en 2018, no gastan menos, están gastando mejor.
‘Unlocking the Sync: A band’s guide to brands and a brand’s guide to bands’ puede ser descargado gratis en Musictank.co.uk.